Guía para comprar un buen ventilador

by Antuan G. Wish en Francais

Cuando el calor es sofocante, el primer reflejo es encender un ventilador. Más baratos que los aires acondicionados, más respetuosos con el medio ambiente, los ventiladores son muy prácticos: nada más sencillo que poner uno en tu escritorio cuando trabajas, o cerca de la cama - o incluso en el techo - por la noche. Hay miles de referencias, desde unas pocas docenas de euros para los modelos más básicos hasta varios cientos de euros para los modelos más sofisticados.

A diferencia del aire acondicionado, el ventilador no enfría el aire de la habitación. Simplemente lo hace circular. Como recordatorio, un aire acondicionado funciona un poco como un refrigerador: extrae aire de la habitación, lo enfría con un refrigerante, y expulsa el calor fuera de la habitación. El ventilador no tiene refrigerante. Es simplemente un movimiento mecánico que, al poner el aire en movimiento, no baja la temperatura sino que tiene un impacto en la temperatura sentida. Cuando se enciende el ventilador, la temperatura baja de dos maneras:

Primero, barriendo la fina capa de aire caliente justo encima de la piel (el cuerpo es un productor natural de calor);

En segundo lugar, facilitando la evaporación de la piel, que ya no está atrapada por esta capa de aire caliente.

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Por eso un ventilador sólo es efectivo en la piel desnuda: salgan de su alcance, apáguenlo o usen una prenda de vestir que lo cubra, y no verán ninguna diferencia. Al final, es exactamente el mismo principio que un simple ventilador.

¿Significa esto que es completamente inútil dejar un ventilador encendido al salir de una habitación? No completamente. Al hacer circular el aire, el ventilador (por ejemplo, fijado al techo) facilita su renovación y por lo tanto puede enfriar la habitación... ¡siempre y cuando una ventana esté abierta y la temperatura exterior sea inferior a la interior! Nuestros consejos para evitar que su casa se convierta en un horno.

Los ventiladores son aparatos relativamente simples. Un motor, una hélice y eso es todo. La diferencia estriba en su formato, que puede ser utilizado para diferentes propósitos.

Este es el primer formato que viene a la mente cuando piensas en un fan. Estos pequeños y muy básicos aparatos son muy populares por su practicidad y bajo precio. También llamados "ventiladores de mesa" o "ventiladores de escritorio", estos modelos se describen perfectamente por su nombre: pueden colocarse en una mesa o escritorio para satisfacer una necesidad muy específica y localizada. Debido a su pequeño tamaño, es imposible refrescar una habitación con ellos. Las únicas opciones que ofrecen son, en general, la elección de la velocidad de ventilación, la rotación o la oscilación. Su caudal de aire varía entre 20 m3/min y 50 m3/min.

Son ventiladores de pedestal, mucho más poderosos que los ventiladores de escritorio. Son utilizadas principalmente por profesionales, por ejemplo en talleres. A diferencia de los ventiladores de pedestal para el público en general, estas unidades son tan poderosas que es aconsejable colocarlas en el suelo. Su velocidad de flujo de aire comienza en 150 m3/min y puede llegar hasta 400 m3/min o incluso más. Comienzan en alrededor de 50 euros para los modelos más simples.

Los ventiladores de pie o de columna son, por así decirlo, el nivel intermedio entre los ventiladores de pedestal y los sopladores de aire. En comparación con los ventiladores de pedestal, a veces son más potentes (hasta 100 m3/min) y por lo tanto tienen un mayor radio de refrigeración. Tienen las mismas opciones: control de velocidad, rotación, etc. Los precios bajos empiezan en 30 euros.

Uno podría pensar que son simplemente ventiladores de pie con un diseño más elaborado, pero no es así: los ventiladores de columna utilizan una tecnología completamente diferente. En lugar de tener un impulsor que agita el aire, el ventilador de la columna aspira el aire por su parte trasera y lo empuja a través de un impulsor colocado en una carcasa que lo expulsa hacia adelante. Este proceso es, para la misma potencia, menos eficiente pero también menos ruidoso que la ventilación por hélice. Los ventiladores de columna pueden ser básicos, se venden a partir de 40 euros, o embarcar muchas opciones: temporizador, control remoto, filtración de aire... Sus precios pueden variar entre 100 y 200 euros.